top of page

Patriarcado y prácticas sexuales: cómo influye la cultura en nuestro placer

Lic. Georgina Raimondi


El presente trabajo indaga sobre las diferentes prácticas sexuales, a través de un estudio comparativo entre personas con vulva y personas con pene, en relación a sus modos de obtención de placer y orgasmo. Los datos se obtuvieron mediante encuestas online realizadas a 232 mujeres y 166 hombres. El objetivo general es analizar de qué manera y en qué medida la cultura patriarcal influye en la construcción de las prácticas sexuales.

El foco de interés estará puesto en las prácticas con penetración ya que por medio de la misma se produce una estimulación indirecta del clítoris. De este modo se intentará deconstruir la idea de previa sexual y el coitocentrismo imperante en nuestra cultura. A su vez, realizar una revisión crítica sobre el mito de la pasividad erótica en personas con vulva propulsando prácticas de respeto, cuidado y placer mutuo.

Los supuestos de ésta investigación parten de un escrito de Carla Lonzi que afirma:

El sexo femenino es el clítoris, el sexo masculino es el pene. La vagina es la cavidad del cuerpo femenino que recibe el esperma del varón y lo canaliza hacia el útero para que se produzca la fecundación del ovulo. (…) En el varón, el mecanismo del placer se halla estrechamente ligado al mecanismo reproductor; en la mujer, sin embargo, los mecanismos de placer y de reproducción están comunicados, pero no coinciden. (…) Para la mujer el placer vaginal no es más profundo, o más completo; es simplemente el placer oficial de la cultura sexual patriarcal. (…) La vagina es para la mujer una zona moderadamente erógena; mientras que el clítoris es el órgano central de su excitación y de su orgasmo”(Lonzi, 1972, pp79).

Lo postulado por Lonzi es sumamente revolucionario para la época. De todos modos al día de la fecha es lícito hacer una reformulación. En la Argentina contamos con la Ley de identidad de género, que reivindica a las identidades no binarias determinando que el género es autopercibido y no sancionado a priori por la anatomía. De esta forma podríamos reformular lo anterior proponiendo que: en las personas con vulva el clítoris es el protagonista del orgasmo y no así la vagina.













































A partir de la información recabada en las encuestas se podría decir que de todas las prácticas sexuales, en la que se hace más dificultoso alcanzar el orgasmo para las personas con vulva es en la penetración, a diferencia de lo que ocurre en las personas con pene. En cada una de las preguntas se puede observar la gran diferencia entre un género y otro en lo que a placer sexual respecta.

Surgen ciertos interrogantes: ¿Cómo se construyó el discurso de la pasividad erótica en personas con vulva? ¿Cómo se produce este desconocimiento y anulación del erotismo de personas con vulva? ¿Hay mayor deseo sexual en el varón cis ó un acceso desigual al erotismo?¿Por qué la masturbación en personas con pene se ha considerado “lo esperable” a lo largo de la historia y la masturbación en personas con vulva ha sido tabú?

Por otra parte es lícito señalar que la primera anatomía exacta del clítoris se realizó recién en el año 1998 de la mano de la uróloga Australiana Hellen O’connel. Y en 2016 la investigadora francesa Odile Fillod lanzó un proyecto para imprimir un modelo de clítoris en 3D, en tamaño real, para desactivar el mito de que el clítoris es solo su parte visible.

A su vez vuelve fundamental revisar la idea de “previa sexual” ya que suponiendo que hay algo previo se deja entrever que es necesario que algo más ocurra para que el encuentro sexual culmine. De esta forma se sanciona como vedette a las prácticas sexuales con penetración, principalmente en parejas cis heterosexuales, dejando totalmente anulado el placer en personas con vulva, con las consecuencias patologizantes que ello conlleva. En relación a esto, dentro de la sexología clínica el DSM V propone los siguientes diagnósticos en personas con vulva:

Anorgasmia-imposibilidad de alcanzar el orgasmo-, dificultades por dolor antes conocidas como: dispareunia-dolor al mantener relaciones por penetración-, vaginismo-contracción involuntaria de los músculos de la vagina que impiden la penetración y trastorno de interés/ excitación sexual.

A partir de esto es fundamental señalar que en muchos casos la construcción patriarcal de las prácticas sexuales se vuelve uno de los factores a tener en cuenta en la evaluación y diagnóstico de dichas problemáticas. Frente a una práctica displacentera el cuerpo reacciona; ya sea por medio del dolor o contrayendo sus músculos. Horadando el deseo sexual de las personas con vulva y su capacidad multiorgásmica, ya que las personas con vulva no poseen periodo refractario. Por lo cual el objetivo de esta revisión crítica es promover la igualdad de derechos y de placeres. Construyendo prácticas de mutuo placer, respeto y cuidado.


Referencias

Honorable Cámara de Diputados y Senadores. (23 de mayo de 2012) LEY 26.743 Identidad de género.

Lonzi, C. (1978). Escupamos sobre Hegel: y otros escritos sobre liberación femenina. La Pléyade.



 

Georgina Raimondi.

Lic. en Psicología UBA

Sexóloga clínica

Co-fundadora de Tsex (Equipo de terapia sexual).

Amante de Harry Potter y del mate



Pc-01.png

ESCRIBINOS

NO TE PIERDAS NINGUNA PUBLICACIÓN

bottom of page