Recuento histórico de la evolución de la Psicología Ambiental como ciencia y su relación con los entornos
Lic. Jésica Verónica Favara
En los últimos años se evidenció de forma exponencial que el ambiente del planeta se encuentra en estado crítico a nivel ecológico. Dicho estado llevó a que diferentes organismos en todo el mundo en diversos momentos de la historia hicieran acuerdos para contrarrestar estas problemáticas. En los últimos años, en París y con la presencia de los ministros de 195 países se propuso, entre varios objetivos, limitar las temperaturas del planeta para mitigar los efectos del cambio climático (Cumbre de París, 2015). Sin embargo, este no es el primer acuerdo que se realiza en pos de preservar la salud ambiental. En la misma línea, diversos profesionales ocuparon parte de sus investigaciones en intentar contrarrestar estos efectos, con la finalidad de identificar las posibles causas de dicha problemática y buscar alternativas de solución (Gifford, 2008). Las Ciencias Sociales aportaron su conocimiento determinando que las acciones de las personas conforman unas de las principales causantes de dichas problemáticas ambientales (Young, 1993). La Psicología Ambiental, como disciplina enmarcada en la Psicología Social, centra su interés en entender cómo las acciones mencionadas impactan en el ambiente, y cómo este último, al ser configurado, afecta al comportamiento humano (Corraliza & Aragonés, 2002). Así mismo, la Psicología Ambiental no solo posee como finalidad estudiar la relación entre los seres humanos y el medio, sino también contribuye en la reflexión frente a la construcción de mejores lugares para vivir (Gifford, 1997). En consecuencia, se puede decir que colabora con la concientización sobre adaptaciones que son inadecuadas, como también, la capacidad de proponer alternativas para mejorar los ambientes (Granada, 2003). Actualmente se la puede considerar como la ciencia que se ocupa de analizar la interacción recíproca entre las conductas humanas y el ambiente sociofísico (Aragonés & Amérigo, 2010). Cabe destacar que entre las conductas que explora dicha ciencia se encuentran aquellas causantes del deterioro ambiental o, por el contrario, las que permiten la conservación del entorno.
No obstante, esta disciplina tal como actualmente se encuentra configurada es consecuencia de una evolución histórica. Enric Pol (1988, 1993, 2006 y 2007) diferenció cuatro fases, desde los orígenes hasta la actualidad. Según el catedrático en Psicología Social y Ambiental de la Universidad de Barcelona, los comienzos se localizan en Europa gracias a las investigaciones de Willy Hellpach, psicólogo que afirmaba que la psique de la persona se vinculaba con el ambiente en el que esta se encontrase (Hellpach, 1924 como se citó en Graumann, 1976). Ya desde sus inicios se observa la relevancia del contexto en las personas. Posteriormente este paradigma fue modificado dando inicio a la etapa conocida como La Transición Americana. Esta fase, como parte de sus orígenes, se da gracias a la migración de investigadores europeos a Estados Unidos consecuencia de la crisis de 1929 y de la Segunda Guerra Mundial. Esta relación configuró a la psicología americana, otorgándole gran influencia gracias a la escuela de Sociología de Chicago (Pol, 2006). Posteriormente, en las décadas entre 1960 y 1980 luego de la finalización de la Guerra, le sucede la tercera fase. Esta se caracteriza por el incremento en la demanda de crecimiento en las ciudades desde administraciones públicas, vinculadas con la ingeniería, con la arquitectura y el urbanismo (Pol, 2001). Considerando esta realidad social y la influencia de la construcción a este periodo se lo conoce como Psicología de la Arquitectura (Pol, 2007). Finalmente, llegando a la actualidad, se puede mencionar al paradigma vigente, donde los valores de la sostenibilidad son esenciales para entender al ambiente, denominado Psicología Ambiental Verde (Vidal, 2015). Cabe aclarar que también se la denominó Psicología de la Conservación Ambiental (Clayton & Sanders, 2012) o también Psicología de la Sostenibilidad (Corral-Verdugo et al., 2010). Este nuevo paradigma, como ya se mencionó, induce explicaciones respecto a las conductas que implican el cuidado y la protección del ambiente, considerando componentes ecológicos, sociales y también conductuales (Corral-Verdugo et al., 2019).
Luego del breve recorrido por las diferentes etapas de la Psicología Ambiental se puede mencionar que esta ciencia procura poner en contexto a quien se está evaluando, bajo un modelo ecológico. Este modelo comprende al ambiente como influencia directa en las conductas que las personas realizan (Bronfenbrenner, 1979). Por lo cual se puede expresar que la conducta que las personas manifiestan son la consecuencia de la relación de las personas con el ambiente (Lewin, 1936). Sin embargo, lo novedoso en la relación entre la Psicología Ambiental y la postura de Bronfenbrenner (1979) es entender al ambiente como un ambiente ecológico, considerando al desarrollo humano como una progresiva y continua acomodación entre la persona activa y los entornos que lo rodean, también variables. Dicho autor define al ambiente ecológico como un conjunto de estructuras donde una se encuentra dentro de la otra (Bronfenbrenner, 1976, 1977a, 1977b, 1979, 1992). Cabe aclarar que este progreso entre la persona y el ambiente no se da sin la presencia influyente de las relaciones que se establecen entre los contextos y los entornos (Bronfenbrenner, 1979). Las estructuras son entendidas según su cercanía o lejanía a la persona, las cuales pueden denominarse de manera diferente. La más cercana al sujeto la denominó microsistema, en el cual se incluyen tanto los comportamientos como los roles que el sujeto desempeña en la cotidianeidad (Bronfenbrenner, 1976, 1977a, 1977b, 1979, 1992). La estructura que le continúa por cercanía es denominada mesosistema. El mencionado entiende las interrelaciones existentes de al menos dos entornos donde la persona se encuentra participando activamente. Es un sistema compuesto por microsistemas, el cual se forma al momento en que la persona se incluye en un nuevo entorno (Bronfenbrenner, 1979). En otras palabras, es la interacción entre los ambientes habituales en los cuales un sujeto está inmerso, como ser la familia, el trabajo y la vida social. Un sistema más abarcativo que postula Bronfenbrenner (1979) es el exosistema que hace referencia a los entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como protagonista, pero los hechos que suceden en el mismo la afecta directamente o indirectamente. Por último, el sistema que contiene a los anteriores es el denominado macrosistema. Este es el plano más distante al sujeto, pero no menos importante en su desarrollo ya que posee los factores ligados a la cultura y al momento histórico en el cual la persona se desarrolla. Bronfenbrenner (1979) aclara y especifica que la estructura y la sustancia de los tres sistemas tienden a ser similares, como constituidos bajo un mismo orden y con función similar en lo que refiere a una sociedad o grupo social determinado. En cambio, entre grupos sociales, los sistemas poseen diferencias, ya que al compararlos se pueden distinguir las propiedades ecológicas de cada contexto social.
Para concluir se puede sostener desde la Psicología Ambiental que los entornos van a influir en los comportamientos que las personas llevan a cabo en función de donde se desarrollen. En la misma línea, puede intervenir en el análisis de los comportamientos y la modificación de éstos con la finalidad de colaborar con el ambiente promoviendo la ejecución de conductas proambientales o amigables con el medio en pos de contrarrestar los efectos producidos por el cambio climático.
Referencias
Aragonés, J.I. y Amérigo, M. (2010). Psicología Ambiental. Pirámide.
Bronfenbrenner, U. (1976). The ecology of human development: history and perspectives. Psychologia Wychowawcza, 19(5), 537-549. https://psycnet.apa.org/record/1980-30087-001
Bronfenbrenner, U. (1977a). Lewinian space and ecological substance. Journal of Social Issues, 33(4), 199-212. https://doi.org/10.1111/j.1540-4560.1977.tb02533.x
Bronfenbrenner, U. (1977b). Toward an experimental ecology of human development. American Psychologist, 32(7), 513-531. https://psycnet.apa.org/buy/1978-06857-001
Bronfenbrenner, U. (1979). The ecology of Human Development. Cambridge, Harvard University Press. [ ecología del desarrollo humano] Ediciones Paidós.
Bronfenbrenner, U. (1986). Ecology of the family as a con-text for human development: research perspectives. Developmental Psychology, 22(6), 723-742. https://doi.org/10.1037/0012-1649.22.6.723
Bronfenbrenner, U. (1992). Ecological systems theory. En R.Vasta (Ed.), Six theories of child development: revised formulations and current issues. 187-249. Jessica Kingsley Publisher.
Clayton, S. & Sanders, C. (2012). Introduction. Environmental and conservation psychology. En S. Clayton (Ed.), Oxford handbook of environmental and conservation psychology. Oxford University Press.
Organización de Naciones Unidas (2015, diciembre). Convención Marco sobre el Cambio Climático. https://unfccc.int/resource/docs/2015/cop21/spa/l09s.pdf
Corraliza, J. A. & Arangonés, J. I. (2002). Psicología Ambiental e Intervención Psicosocial. Intervención Psicosocial, 11(3), 271-275. https://www.redalyc.org/pdf/1798/179818139001.pdf
Corral-Verdugo, V., Aguilar-Luzón, M.D., & Hernandez, B. (2019). Bases teóricas que guían a la psicología de la conservación ambiental. Papeles del Psicólogo 40(3). 174-181. https://doi.org/10.23923/pap.psicol2019.2897
Corral-Verdugo, V., Frías, M., & García, C. (2010). Introduction to the psychological dimensions of sustainability. En V. Corral, C. García, y M. Frías (Eds.), Psychological approaches to sustainability. Nova Science Publishers.
Gifford, R. (1997). Environmental Psychology: principles and practice. Allyn & Bacon
Gifford, R. (2008). Psychology’s essential role in alleviating the impacts of climate change. Canadian Psychology, 49(4), 273– 280. http://citeseerx.ist.psu.edu/viewdoc/download?doi=10.1.1.458.7057&rep=rep1&type=pdf
Granada, H. (2003) Direcciones en que se desarrollará la Psicología Ambiental en los años futuros. Estudios de Psicología 8(2) 335-337. https://doi.org/10.1590/S1413-294X2003000200017
Lewin, K. (1936). A dynamic theory of personality. McGraw-Hill. [Dinámica de la personalidad. Morata].
Pol, E. (2007). Blueprints for a History of Environmental Psychology (II): From Archltectural Psychology to the Challenge of Sustalnblilty. Medio Ambiente y Comportamiento Humano, 8(1 y 2), 1-28. https://www.researchgate.net/publication/255575695_Blueprints_for_a_History_of_Environmental_Psychology_II_From_Architectural_Psychology_to_the_challenge_of_sustainability
Pol, E. (2006). Blueprints for a History of Environmental Psychology (I): From First Birth to American Transition. Medio Ambiente y Comportamiento Humano, 7(2), 95-113. https://www.researchgate.net/publication/313101645_Blueprints_for_a_History_of_Environmental_Psychology_I_From_First_Birth_to_American_Transition
Pol, E. (2001). Ejes de tensión y nueva agenda para la Psicología Ambiental. Una perspectiva europea. En E. T. O. Tassara (Org.), Panoramas interdisciplinares: para uma psicologia ambiental do urbano (pp. 51-67). EDUC / FAPESP.
Pol, E. (1993). Environmental Psychology in Europe. From Architectural Psychology to Green Environmental Psychology. Avebury
Pol, E. (1988). La Psicología Ambiental en Europa. Análisis sociohistórico. Anthropos.
Vidal, T. (2015) Psicología Ambiental ¿Disciplina de la Psicología u Objeto Interdisciplinario? On The W@terfront. 34(3). https://www.raco.cat/index.php/Waterfront/article/view/288564
Young, R. (1993). Changing Behavior and Making it Stick: The Conceptualization and Management of Conservation Behavior. Environment and Behavior,25(3), 485–505. https://www.researchgate.net/publication/249624076_Changing_Behavior_and_Making_it_Stick
Licenciada en Psicología UBA
Docente e Investigadora UBA – USAL
Integrante de PSICOVERDE y PIUBACC
Madre de gatos
Comments