Lic. María Soledad Díaz
Introducción
La infancia suele ser un periodo de vida lleno de desafíos y experiencias para padres e hijos, donde se empiezan a construir nuevos repertorios de conductas más o menos flexibles. Al atravesar esta etapa, el desarrollo continúa, llegando a la famosa adolescencia. Otro momento fundamental en la vida de una persona, y sentir que uno es la urgencia en carne viva, tomar decisiones, sentirse confundido y crecer.
Por eso muchas veces nos preguntamos cuándo es momento de realizar una consulta psicológica, ¿Cómo sabemos cuándo ir a terapia?, ¿A qué terapeuta tengo que acudir para que atienda a un niño o adolescente? Y ¿Qué tipo de especialista necesito? Estas preguntas son frecuentes en la clínica infanto juvenil y es fundamental validar esas dudas, y ofrecer una posible respuesta a esos interrogantes. Algunos criterios para determinar que una expresión emocional se está convirtiendo en sintomática son: la prolongación en el tiempo, la intensidad del sufrimiento y la afectación significativa del funcionamiento en diversas áreas: en lo social, en lo cotidiano.
Alcanzando mayor difusión de terapias basadas en la evidencia, mayor oportunidad tienen padres, niños, y adolescentes, de tener una terapia con eficacia y validez, que cuente con evidencia que demuestre sus alcances. Más allá de que los tratamientos suelen ser manualizados, en realidad uno sigue criterios generales pero va adaptando el tratamiento a las características de cada consultante, usando las herramientas de manera creativa.
La Terapia Cognitiva Conductual en la clínica infanto juvenil ha cobrado una importante difusión en el mundo en las últimas décadas. A su vez, prometedores avances se observan desde la Terapia de Tercera Ola, donde podemos tener en cuenta actualizaciones en los tratamientos para población infanto-juvenil desde una perspectiva contextual (ACT- Terapia de aceptación y compromiso).
Desarrollo
Desde los desarrollos de la Terapia cognitiva conductual infanto juvenil, es fundamental brindar entrenamiento a padres ya que como terapeutas apuntaremos a la adquisición de habilidades parentales. Es imposible hacer psicoterapia infantil sin trabajar con adultos. Como terapeutas debemos co-dirigir la terapia con los padres. Mediante la psicoeducación se les brinda información básica y se les enseña principios de manejo de conducta, para que logren recompensar al niño por conductas positivas. Desde esta perspectiva trabajamos la autorregulación, la resolución de problemas y habilidades sociales también. Otra herramienta a utilizar es la reestructuración de los pensamientos, adaptándola a niños y adolescentes, donde pensando en la relación pensamiento-emoción-conducta, proponemos identificar y modificar pensamientos desadaptativos.
Desde una perspectiva contextual, apuntaremos a resaltar en esta oportunidad el trabajo con adolescentes. Nos va importar la función de las conductas. La idea principal es la de abandonar una actitud pasiva frente a los problemas y de ponerse en marcha (actuar) con independencia del malestar que se experimenta. La motivación es fundamental para la participación activa. Es esencial apuntar al dialogo reflexivo en los conflictos relacionales asociados y sus consecuencias prácticas y emocionales para el adolescente. Teniendo presente esta idea, es importante que en una evaluación inicial se apunte a ayudar al consultante a aclarar que está tratando de evitar, interrogar sobre qué es lo que quiere conseguir y cuáles son las barreras que le impiden el cambio. Se suelen utilizar metáforas e ir adaptándonos a sus intereses para convocarlo a estos interrogantes y lograr clarificar objetivos, que es lo importante para él y como se relaciona con sus conductas, usando su lenguaje. Es de suma importancia que aprendan como reconocer los antecedentes y consecuencias de las conductas, lo que llamamos análisis funcional. La meta de ACT es que el consultante pueda crear una vida rica y significativa que a la vez acepta el dolor que inevitablemente viene con ella.
En uno de los informes del Child Mind Institute sobre Salud Mental en la Adolescencia, Children’s Mental Health (2017), se menciona que en este periodo de desarrollo evolutivo es importante tener en cuenta tres premisas fundamentales:
“El cerebro adolescente se desarrolla, al menos, hasta los 25 años “
“La mayoría de los trastornos de salud mental se manifiestan antes de los 24 años”
“Promover la comprensión de la salud mental de los adolescentes mediante programas psicoeducativos y anti-estigma puede cambiar vidas”.
Estas premisas nos permiten tener en cuenta el trabajo sobre prevención de trastornos mentales en población infanto juvenil, para obtener mejores intervenciones.
Cierre
Para concluir, se intenta transmitir los fundamentos de la Terapia Cognitiva Conductual infanto juvenil y Terapias Contextuales con adolescentes basándonos en los principios de la psicoterapia basada en evidencia, adaptándolas a cada consultante.
Se tendrá en cuenta generar una formulación del caso cada vez y a partir de ello, plantear una propuesta de tratamiento específica para cada niño o adolescente. Además es primordial tener en cuenta el contexto familiar para poder intervenir, desarrollar y mejorar habilidades parentales. Se concebirá lugar siempre a la perspectiva del consultante y a fomentar una buena alianza terapéutica.
Referencias
Bunge, E., Mandil, J, Gomar, M. (2007) Terapia Cognitiva con niños y adolescentes - Aportes técnicos. Bs. As. Editorial Akadia.
Child Mind Institute (2017) Children’s Mental Health Report, N.Y.
Mandil, J., Quintero, J. P., Maero, F. (2017) ACT con adolescentes. Bs. As. Editorial Akadia.
Mandil, J. (2019) Herramientas en psicoterapia con niños y adolescentes. Bs. As. Editorial Akadia.
Zabo (2019) Yo, adolescente. Bs. As. Editorial Planeta.
Lic. María Soledad Díaz
Psicóloga UBA
Integrante y docente del Equipo de Habilidades para el Cambio
Amante de los viajes y de sacar foto a los detalles
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