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Una aproximación al conductismo.

Lorenzo Galán


¿Qué es el conductismo?

Se define al conductismo como filosofía de la ciencia del comportamiento humano, la cual tiene como objeto de estudio a la conducta (Vázquez, 2003) Pero ¿Qué es la conducta? Para dar respuesta a esto hagamos un breve recorrido en los inicios de esta filosofía.

Tal como menciona Pérez Álvarez (1995) en 1913 Watson emitió lo que se denominará el manifiesto conductista, en el cual sentará las bases del conductismo. En este manifiesto Watson consideraba apropiada la teoría del aprendizaje propuesta por Pávlov, también conocida como condicionamiento clásico, apta para crear una ciencia de la conducta (recordar que desde el condicionamiento clásico se habla de la relación estímulo (E) - respuesta(R)). El conductismo de aquel entonces sostenía que los pensamientos y los métodos de investigación que manejaban el concepto de la mente eran poco científicos, y si la psicología quería ser una ciencia debía examinar fenómenos observables y medibles: se debía estudiar la conducta.

Para Watson, que el objeto de estudio de la psicología sea la conciencia no tenía sentido, porque la conciencia no es medible. Por lo tanto, propone que el objeto de estudio sea la conducta, considerada como cualquier cosa que el organismo hace, incluyendo movimientos musculares y activación de glándulas. El método a través del cual debía estudiarse la conducta era la observación. Además proponía la realización de análisis experimentales de la conducta, en términos de estímulos y respuesta. Partiendo de la base del condicionamiento clásico su teoría se basaba principalmente en la idea de que todo condicionamiento se sostiene en la base de tres emociones fuertes como el amor, miedo y enojo. Convencido de esto, se encaminó a comprobarlo. Es así que en 1920 se produjo uno de los famosos casos dentro de la psicología y el conductismo, el caso del “pequeño Albert “. Albert era un niño que tenía once meses de edad y fue objeto de estudio del conductismo, algo por lo cual posteriormente se criticará a Watson.

Lo que se intentó fue condicionar a Albert para que sienta miedo ante las ratas. Para ello se realizó una asociación entre el ruido de un martillo golpeando una barra de acero, lo cual era temido por el niño (aversivo), con el ver a una rata. Con el breve paso del tiempo, Albert aprendió a temer a la rata y no solo eso, sino que el miedo se generalizó a un conejo, a un perro y a un abrigo de pieles (Pérez Álvarez, 1995). El conductismo de Watson es reconocido como conductismo metodológico, y es criticado por no considerar a los denominados eventos internos (como los pensamientos) del sujeto, por lo tanto, su mirada fue considerada incompleta y reduccionista. Ante tales repercusiones es que se hará paso Skinner con su conductismo radical (Bueno, 2011).

Tal como lo manifiesta Pellón (2013), Skinner resalta que el conductismo debe considerar los eventos privados, ese mundo interno que Watson deja por fuera del objeto de estudio ¿Esto quiere decir que para Skinner el objeto de estudio no es la conducta? La respuesta es no, sigue siendo la conducta, pero no entendida como en el conductismo metodológico. Es así que se entiende a los eventos del orden privado como aquellos que ocurren dentro del sujeto, pero que son de naturaleza física (Bueno 2011). Vayamos a un ejemplo para entenderlo.

Supongamos que tenemos un terrible dolor de muela, ante este dolor generamos una respuesta, que será diferente a la que brindaran otras personas, ya que nadie tiene exactamente la misma relación que tengo con mi dolor de muela. Ante esto vamos a generar respuestas a una estimulación interna. Es así que dichos estímulos privados (EP) a veces son generados por respuestas encubiertas, es decir por ciertos factores tanto verbales como no verbales, de carácter aprendido o innato, que influyen en los EP, por lo tanto, lo EP encubre otros estímulos que son de carácter observable. De tal forma no hay una gran diferencia entre eventos privados o externos. En ambos casos se trata de discriminar (similar a identificar) y dar respuestas a objetos o eventos concretos. Sin embargo, la propuesta de Skinner no logró superar por completo las dificultades del conductismo.

Aunque Skinner incluyó a los EP dentro del concepto de conducta muchos de sus colegas señalaron que hablar de eventos concretos pero invisibles a la observación pública contiene todavía un residuo de dualismo y que muchos términos que describen presuntos eventos privados, como pensar o ver, y que parecen referirse a actividades encubiertas, bien podrían ser simples derivaciones del lenguaje ordinario. Ante tales críticas se desarrollaron nuevos postulados dentro del conductismo (Bueno, 2011).





El análisis funcional de la conducta.

Lo cierto es que anteriormente mencionamos que el conductismo es una filosofía. Pero es a través de un análisis funcional de la conducta (AFC) que el conductismo se aproxima a la práctica y se convierte en ciencia. El AFC entiende al comportamiento dividido en variables dependientes, las cuales incluyen al comportamiento observable, y variables independientes que son las causas del comportamiento. El fin del AFC es entender la relación entre las variables para predecir y controlar el comportamiento. Luego de haber realizado un análisis funcional de la conducta, podemos llevar a cabo un análisis conductual aplicado (ACA). Dentro del ACA se reconocen técnicas como la desensibilización sistemática y el moldeamiento (Vázquez, 2003). El análisis conductual aplicado (ACA) también es conocido como ABA, siglas derivadas de su traducción en inglés (applied behavioral analysis).

Entonces ¿La conducta solo es cuestión de estímulos y respuestas? No, no es solo eso, la conducta es un concepto relacional, es decir que es producto de la interacción de varios elementos. Centrarse en el esquema reduccionista de estímulo(E) - respuesta (R) sería un grave error (i Baqué 2003)


Conclusión

Es así que podemos entender que no existe un único conductismo, pero que el conductismo en sí mismo es una filosofía y es a través de la aplicación de esta filosofía que podemos identificar los factores que controlan la conducta, para luego cambiar nuestro comportamiento.


Referencias

Bueno, R. (2011). Los eventos privados: del conductismo metodológico al interconductismo. Universitas Psychologica, 10(3), 949-962. https://www.redalyc.org/pdf/647/64722377024.pdf

i Baqué, E. F. (2003). ¿ Qué es conducta?. International Journal of Clinical and Health Psychology, 3(3), 595-613. https://www.redalyc.org/pdf/337/33730310.pdf

Pellón, R. (2013). Watson, Skinner y Algunas Disputas dentro del Conductismo. Revista colombiana de psicología, 22(2), 389-399. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4703413.pdf

Pérez Álvarez, M. (1995). Fracaso del conductismo watsoniano y éxito del punto de vista conductista. Acta comportamentalia: revista latina de análisis del comportamiento, 3(3). http://revistas.unam.mx/index.php/acom/article/view/18325

Vázquez, F. L. (2003). El estado de la cuestión de los enfoques en modificación de conducta. Boletín de psicología, 78, 41-62. https://www.researchgate.net/profile/Fernando_Vazquez13/publication/28170894_El_estado_de_la_cuestion_de_los_enfoques_en_modificacion_de_conducta/links/5512ccdf0cf20bfdad520c0b/El-estado-de-la-cuestion-de-los-enfoques-en-modificacion-de-conducta.pdf


 

Lorenzo Ariel Galán

Estudiante en la carrera de Lic. en Psicología UBA.

Co-ayudante en Neurofisiología Yorio.

Amante de los gatos y de Pink Floyd.


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